
El gobernador, Juan Manzur, participó de la inauguración del
Museo Histórico Doctor Miguel Lillo y su Tiempo. La ceremonia se llevó a cabo
en la Fundación Miguel Lillo, ubicada en calle Miguel Lillo 251. El nuevo
espacio cuenta la vida del científico naturalista tucumano exponiendo objetos
valiosos que lo acompañaron entre los siglos XIX y XX. Hoy se cumplen 86 años
de su fallecimiento.
El museo fue construido por la Comisión Asesora Vitalicia de
la Fundación, cuyo presidente es Eduardo García Hamilton. La evolución de la
obra, tuvo dos etapas: la restauración de la casa en donde vivió Lillo y la
instalación museográfica.
Manzur afirmó que el Museo es una obra única que muestra la
historia viva de un sabio tucumano que entregó su vida a la ciencia, la
investigación y el estudio. “A 86 años de su fallecimiento, su obra hoy es más
actual que nunca. Sus investigaciones están en nuestra provincia y en el mundo.
Hoy ve la luz la historia natural de Tucumán y de los primeros científicos que
estudiaron nuestra provincia”.
Dijo, además, que “Tucumán da un paso más hacia adelante,
con un nuevo faro cultural de nivel internacional. Un polo educativo y de
atracción turística. Tenemos la sensación de un futuro virtuoso conociendo la
historia de los tucumanos, a través del legado del gran sabio Miguel Lillo”.
El Gobernador dijo que el Gobierno de Tucumán va a acompañar
estas iniciativas para poner en valor la rica historia de nuestra provincia.
“Esto está enmarcado en el relato de la Generación del Centenario. Visitamos la
casa del Alberto Rougés, el Museo de Arte Sacro, las obras que se realizan en
el Cristo Redentor de San Javier. Este es un camino que permanentemente tenemos
que llevar adelante para mostrar nuestra riqueza cultural y académica”.
Sara Peña de Bascary, museóloga, expresó su satisfacción por
la inauguración: “Estamos muy contentos porque podremos disfrutar de las obras
de los primeros naturalistas que trabajaron en nuestro país. Los visitantes
podrán conocer la historia de las ciencias naturales en Tucumán. El testimonio
del primer museólogo de nuestra provincia. Uno conoce a Lillo a través de sus
objetos, fotografías y libros. Era un hombre muy perfeccionista que supo
conservar sus documentos. Un científico notable y multifacético”.
El guión narrativo de la exposición abarca cinco salas que
presenta quiénes fueron los naturalistas que inspiraron a Lillo, su casa con
sus objetos y mobiliario, sus recuerdos de viajes, sus estudios e
investigaciones y su biblioteca, que contiene más 8.000 volúmenes.
Muestrario único de las ciencias y la historia
El investigador dedicó su vida, desde 1914 hasta su muerte
en 1931, al Museo de Historia Natural. Una sala refleja su trabajo y el de sus
colaboradores en esa institución, Rodolfo Schreiter y Abel Peirano, entre
otros.
La Biblioteca de Lillo contiene joyas bibliográficas que
datan desde el siglo XVI. En Los libros del Sabio, se exhibe una importante
selección documental. Fue el hábitat del científico autodidacta. Allí se
muestran objetos personales, fotografías, mobiliario y dos maquetas.
La sala Dr. Miguel Lillo y su tiempo se recuerda su
multifacética personalidad: el químico, el profesor, el científico, así como su
pasión por la fotografía, sus recuerdos de viajes. Se aprecian sus equipos, el
mapa de América que realizó a los 14 años, el mobiliario, su retrato y objetos
que le pertenecieron y supo conservar.
Sala 1: Recuerda a los naturalistas que, desde el siglo XVI,
recorrieron nuestro territorio, investigaron la naturaleza, los habitantes y
sus costumbres y dejaron crónicas y estudios. Realizaron, además, una valiosa
cartografía. Fueron la inspiración de quienes se interesaron, posteriormente,
en las Ciencias Naturales, entre ellos, el Dr. Miguel Lillo.
Sala 2: Recuerda que el presidente General Urquiza, después
de Caseros (1852), promovió estudios sobre la Confederación Argentina para
hacerla conocer en el mundo. Llegaron a Tucumán naturalistas viajeros, que se
convirtieron en maestros de Miguel Lillo, entre ellos: Germán Burmeister y
Amadeo Jacques, Federico Schickendantz e Inocencio Liberani.
Fuente: Abogados Tucumàn